Impresiones sobre el artículo: EL PROFESOR EN ENTORNOS VIRTUALES: CONDICIONES, PERFIL Y COMPETENCIAS


 

El artículo comienza poniendo de manifiesto la necesidad de capacitar a los docentes en una nueva cultura del aprendizaje. Desde la llegada del internet, se tiene acceso a mucha información y comienza a ser más relevante la capacitación de los alumnos para organizarla y atribuirle significado y sentido. Pero, incluso desde antes de la llegada del internet, esto era un conocimiento relevante para enseñar a los estudiantes.

Concuerdo en que en la actualidad coexisten infinidad de ofertas educativas y con la importancia de lograr que los estudiantes analicen diferentes posturas para crear su propio punto de vista. Es por tanto, vital que los docentes nos capacitemos en el uso de las TIC para nuestras prácticas de enseñanza.

El artículo destaca dos concepciones en cuanto al proceso de enseñanza aprendizaje relacionado con las TIC. La primera vincula el rendimiento de los alumnos directamente a la introducción de las tecnologías.

A continuación, me pareció útil esclarecer la lista de competencias necesarias que debe tener un docente según esta línea de pensamiento:

  • ·         capacidad para valorar positivamente la integración de las TIC en la educación y la enseñanza de su uso a nivel instrumental;
  • ·         conocimiento y capacidad para usar herramientas tecnológicas diversas en contextos de práctica profesional habituales;
  • ·         conocimiento del currículum oculto de las TIC, de sus implicaciones y consecuencias en la vida cotidiana de las personas, así como de los riesgos potenciales de segregación y exclusión social que comportan el acceso y el uso desigual de estas tecnologías
  • ·         competencias relacionadas con la obtención de información
  • ·         competencias relacionadas con enseñar al alumno a informarse
  • ·         buscar eficazmente materiales y recursos diferentes ya existentes;
  • ·         diseñar materiales con TIC;
  • ·         integrar los materiales en el diseño de un curso o currículum;
  • ·         favorecer la revisión de los contenidos curriculares a partir de los cambios y avances en la nueva sociedad y en el conocimiento;
  • ·         diseñar actividades y tareas de aprendizaje de modo que sirvan a la enseñanza de un aprendizaje estratégico y autorregulado.

Como ya sabemos, estas competencias, aunque relevantes, no serían suficientes. El conocimiento del profesor debe ir más allá de incorporar un conjunto de elementos. Sabemos que la realidad no es objetiva, y que no basta con enseñar un conjunto de datos para crear conocimiento.

Por todo esto, los siguientes esquemas que presenta el artículo, son mucho más completos. Parten de la base de que el alumno es considerado protagonista principal de su aprendizaje, mediado por las TIC. Es importante tener en cuenta que no todos los sujetos del aprendizaje son idénticos, sino que varían los métodos adecuados de la enseñanza para cada uno de ellos, sus necesidades, intereses, conocimientos previos, etc. En este sentido, las TICs, por sus características variables y diferentes, facilitan la individualización de la educación, teniendo en cuenta el tiempo, el espacio, el ritmo, el medio, el acceso y el contenido.

De estos modelos, podemos rescatar las siguientes capacidades para los profesores:

  • ·         diseñar propuestas de contenidos de aprendizaje y tareas que promuevan una actividad constructiva individual del alumno adecuada para apropiarse del contenido;
  • ·         diseñar procesos de asesoramiento y consulta, centrados en peticiones de apoyo del alumno;
  • ·         garantizar el acceso, la implicación del alumno y la continuidad de esa implicación en el proceso de aprendizaje;
  • ·         facilitar al alumno el acceso, el uso, la exploración y la comprensión de formatos hipertexto e hipermedia;
  • ·         facilitar al alumno la exploración de sus representaciones iniciales del contenido de aprendizaje;
  • ·         promover el uso de las herramientas de consulta y asesoramiento.

Por otro lado, me ha parecido especialmente interesante el modelo que plantea SALMON (2002) en cuanto al profesor visto como un e-moderador. Es realmente importante en las aulas, ya sean virtuales o presenciales, hacer que los alumnos se sientan cómodos, hacerles preguntas y monitorear sus conocimientos para ayudarlos a aprender; pero con la llegada de la pandemia y de más tecnologías, a todo este trabajo se suma el hecho de trabajar con ellas para que no ayuden en este proceso. Entonces, se agrega al rol del docente, la necesidad de aprender sobre estas tecnologías, de sacarles el mejor provecho adecuándolas a cada conocimiento y a cada alumno, para lograr con sus prácticas docentes un aprendizaje efectivo. Ayudando a los participantes a sentirse cómodos en el uso de la tecnología de manera integrada y que les sea útil.

En relación a los cambios que supone con respecto al profesor tradicional, BERGE (1995) se ha encargado de sintetizar los más relevantes:

  • ·         cambian de oradores o conferenciantes a consultores y guías;
  • ·         se muestran como expertos en plantear preguntas, más que como proveedores de respuestas;
  • ·         procuran asistencia, ayuda y orientación a la actividad de aprendizaje del estudiante, animándole a progresar en la autorregulación y la gestión del propio aprendizaje;
  • ·         valoran el hecho de formar a los estudiantes como aprendices a lo largo de la vida y como agentes activos y constructivos de cuya actividad depende también el desarrollo de un rico contexto de trabajo cooperativo en grupo;
  • ·         desarrollan su tarea como e-moderadores formando parte de un equipo colaborativo de profesionales.

Como conclusión de este artículo, me llevo la noción de que en la nueva sociedad de la información, las tecnologías son útiles y debemos conocerlas para aprovechar su potencial en las aulas, pero que esto no es necesariamente fácil, ya que requieren varias habilidades y capacidades que deben ser entrenadas para lograr un mayor beneficio. Puesto que no se trata simplemente de saber utilizarlas, sino de hacerlas funcionar en beneficio del aprendizaje del alumno, según sus intereses y capacidades, lograr que se sienta cómodo con esta tecnología, servir como facilitadores y moderadores entre el conocimiento y el alumno y utilizar las TIC para realizar esta tarea, etc.




Mauri, T. (s.f.). Capítulo V: El profesor en entornos virtuales: condiciones, perfil y competencias. En C. Coll, Psicología de la educación virtual (págs. 132-151). Ediciones Morata.


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