Impresiones sobre el artículo: "ENSEÑAR Y APRENDER CON TECNOLOGÍAS: UN MODELO TEÓRICO PARA LAS BUENAS PRÁCTICAS CON TIC" de Valverde Berrocoso
"Las Buenas Prácticas educativas con TIC son acciones complejas y multidimensionales que exigen (1) comprender la representación y formulación de conceptos y procedimientos para su comprensión a través de las TIC; (2) desarrollar estrategias didácticas constructivistas que usen las TIC para la enseñanza de contenidos curriculares; (3) conocer las dificultades en el aprendizaje de conceptos y de qué forma las TIC pueden ayudar a superarlas y (4) conocer el conocimiento previo de los alumnos, así como la epistemología del contenido curricular para comprender cómo las TIC pueden ser utilizadas para construir sobre el conocimiento preexistente y desarrollar nuevas epistemologías.” (Berrocoso, 2010)
Es
decir, trabajar con TIC requiere que el docente se instruya en varias
habilidades, no solo de su área del conocimiento, sino también pedagógicas y
por supuesto, tecnológicas. Solo con estas tres áreas interrelacionadas podrá
lograrse una enseñanza eficaz utilizando las nuevas tecnologías digitales.
Pero
eso no es todo, me llamó la atención particularmente el concepto de que existen
limitaciones reales que tienen las TIC, pero también existen limitaciones
impuestas por los mismos usuarios. Entonces, es el profesor es quien tendrá que
usar su creatividad para utilizar TIC ya existentes en un ámbito educativo.
Las
tecnologías digitales son versátiles, inestables y opacas. Al ser versátiles,
yo opino que eso es algo muy bueno, para justamente, explotar la creatividad
del docente en su uso didáctico. En cuanto a la inestabilidad, es cierto que
puede ser un problema, como por ejemplo sucede con Adobe Flash Player, hay
herramientas en línea muy útiles que yo he estado utilizando en la enseñanza,
pero que por haber sido programadas en este lenguaje, pronto serán obsoletas y
dejarán de ser visibles. Por lo que sí, concuerdo con el artículo en que el
hecho de que las tecnologías digitales sean inestables produce frustraciones en
los docentes, ya que, como se ha planteado en el artículo, conocer una
herramienta, aprender a usarla, aprender a usarla para enseñar, no es un camino
sencillo para que después se vuelvan obsoletas.
En
el artículo se mencionan distintos modelos que integran estos temas:
conocimiento curricular, conocimiento pedagógico y conocimiento tecnológico. Me
ha parecido más completo el modelo de Koehler y Mishra, ya que han planteado
también la relación en parejas de cada uno de estos conocimientos y luego en
conjunto. Así como también me parece especialmente relevante el modelo ICT-TPCK, que se configura como una rama del
TPCK, ya que tiene en cuenta las características del
alumno y el contexto de aprendizaje, dos áreas importantes que modificarían la
manera de enseñar un contenido. Como ya se ha hablado en clase y en otras
lecturas, no todos los contextos son los mismos, hay algunos que carecen de
varios elementos necesarios para la aplicación de ciertos métodos de enseñanza
con tecnologías. Es importante que el docente tenga en cuenta esas áreas a la
hora de planificar su clase.
“No
existe una solución tecnológica simple para cada situación educativa. Más bien,
las soluciones se hallan en la habilidad del profesor para navegar con
flexibilidad en el espacio definido por los tres elementos, y sus complejas interacciones,
en unos contextos específicos. Ignorar la complejidad inherente a cada componente
del conocimiento, o la complejidad de las relaciones entre estos componentes,
puede conducir a una simplificación de las soluciones o de los errores.”
Por
eso, considero que es tan importante que los profesores no sólo nos
desarrollemos en cada uno de estos conocimientos, sino también en la manera en
la que cada uno interactúa con los otros, de manera que podamos encontrar
soluciones eficaces a los problemas que se planteen, teniendo en cuenta,
también, la diversidad de alumnos y sus diferentes necesidades de aprendizajes.
En
consecuencia, por todo lo dicho anteriormente y ante la complejidad que implica
el uso de tecnologías en el aula, considero sumamente relevante formar a los
profesores en estas nuevas competencias tecnológicas y pedagógicas. Este
artículo afirma que “después de una formación específica sobre cómo enseñar con
ordenadores, los profesores con competencias pedagógicas más desarrolladas y
mejor conocimiento sobre el contenido y los alumnos sobresalieron por encima de
otros profesores con menos conocimiento en esas áreas”.
De
esa manera, los docentes podrán utilizar más herramientas para sus clases y se
sentirán más seguros y competentes a la hora de utilizar las TIC en el aula.
Transformando así su práctica pedagógica y generando nuevas oportunidades para
el aprendizaje.
Berrocoso,
J. V. (2010). Enseñar y aprender con tecnologías: Un momento teórico para
buenas prácticas. ResearchGate, 203-229.
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