Impresiones sobre el artículo EL ALUMNO EN ENTORNOS VIRTUALES Por Carles MONEREO y J. I. Pozo


 

Es interesante la introducción que plantean los autores en este artículo, llevando a los lectores derecho al problema actual: “[Nuestro sistema educativo] navega entre la crisis constante y el ensimismamiento, cada vez más conscientes de que lo anterior ya no vale, pero sin saber muy bien qué es lo nuevo, ya que sólo conocemos los primeros brotes, el germen de nuevas formas de pensar, de comunicarse y en definitiva de conocer.” Es muy cierto y relevante el concepto que plantean de “brecha digital”, que no se limita solo a la edad, sino también a lo sociocultural, lo económico, lo político y hasta el género. Es bien sabido que aquí en Argentina, con la llegada de la pandemia y la necesidad de llevar a cabo las clases de manera digital, esta brecha ha quedado expuesta, tanto entre alumnos como entre profesores.

Este artículo se plantea revisar la evolución psicoeducativa que están experimentando los estudiantes de los países desarrollados en su proceso de construcción de una mente virtual. Me sorprendió detenerme a pensar en lo cierto que es este cambio de paradigma, no solo el ciberespacio es parte de nuestra cotidianidad, de las acciones que realizamos, como conectarnos con otros, comprar artículos en línea, expresarnos, etc.; sino que también penetra en la manera que pensamos y organizamos las ideas, pensando en la inmediatez y en las habilidades de las TIC para solucionar varios de los problemas con los que nos encontremos. Se trata, realmente, de una revolución cognitiva.

Comparan este proceso con la revolución cognitiva al inventar la escritura, y cómo un modelo externo formatea las mentes, me pareció particularmente fascinante la comparación con la invención de un sistema para medir el tiempo y cómo esto lleva a pensar de esa manera, que no es natural. Lo mismo está sucediendo con nuestras mentes en esta actualidad digital.

Los autores plantean que “no cabe dudad es de que la incorporación de las TIC modifica, reestructura las formas de pensar, de aprender y en consecuencia debe modificar las formas de enseñar.” Y no podría estar más de acuerdo con esa afirmación. Es necesario no solo pensar “con” las TIC, sino también pensar “en” las TIC, enseñar a los profesores y alumnos a hacer eso, a analizar las TIC, a conocer como funcionan para no caer en la naturalización. Para que sean capaces de, por ejemplo, evaluar informaciones, no tomar como cierta la primera información que obtengan de la red, sino a contrastarlas con otras. “Es preciso dotar a los alumnos de competencias cognitivas y metacognitivas mucho más exigentes de las que eran necesarias en el mundo, mucho más certero, de la modernidad.”

Al final del capítulo, los autores ofrecen algunas reflexiones:

a)   Frente al riesgo de una ruptura intergeneracional o más apropiadamente intercultural se impone la necesidad de crear redes sociales, en y fuera del aula, que sustenten, acompañen, protejan y orienten a los alumnos en la adecuada utilización de las TIC.
b)      Otra medida fundamental consistirá en la formación específica de los alumnos en competencias de alfabetización informacional, más que digital o tecnológica
c)      Ofrecer a los alumnos la posibilidad de gestionar de un modo profundamente autónomo sus conocimientos, recursos, experiencias, creaciones, de manera que sean ellos quienes determinen, por ejemplo, la forma en que desean trabajar.

Concuerdo con todas estas reflexiones, me parece de suma importancia dotar a los alumnos de la capacidad de gestionar sus conocimientos, asi como también de la información que reciben de las diferentes TIC y cómo analizarla, para no quedarse en la superficialidad.


Monereo, C. (s.f.). Capítulo IV: El alumno en entornos virtuales: condiciones, perfil y competencias. En C. Coll, Psicología de la educación virtual (págs. 109-130). Ediciones Morata.


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